martes, 27 de abril de 2010







Suavecito me pusiste todo en su lugar. Suavecito, como un juego para armar, empezaste corrigiendo males al azar, como al barro el alfarero, como brisa de aguacero, conquistaste suavecito. Colocaste besos justamente en el lugar, suavecitos, cirugía para curar las heridas que dejo el pasado sin sanar y en el caos de mi infierno instalaste tu gobierno, ya arrasaste, suavecito. Fuiste casi imperceptible, sin prisas de a poquito, colocaste tu bandera inamovible. Fuiste tan demoledor, pasito con pasito, tu paciencia arrolladora me salvo. Suavecito fui ganando con saber perder, suavecito sin afanes de imponer, con la calma que viene del tacto de mujer. Como huella de gaviota, como se forma una gota. Me atrapaste suavecito. Me aceptaste como un cero izquierdo y sin valor, me peleaste, sin nada a tu favor, con la suavidad con la que se mueve un rumor, como el paso de un anciano con paciencia de artesano, me salvaste. Suavecito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario