El sabia que algo pasaba pero no quería saberlo, no quería aceptarlo, no podía entender como alguien en el que el confiaba plenamente le había fallado, quería que su pensamiento no fuese ese y que su duda no involucrara a esas personas que tanto quería. Era su MEJOR amigo, lo era sí, lo que pensaba se hacia la peor realidad. Se culpaba de dudar de esas personas que amaba, de dudar de su mujer por la que juro amor eterno, a la que le entrego su alma, y de su mejor amigo, al que le brindo toda su confianza. Intento que sus ojos no hayan visto esa imagen, que el odio, el miedo y el dolor hayan nublado su mirada. Hay muchas veces en la que es mejor abrir lo ojos, por mas dolorosa que sea esa verdad, esa realidad. Es ver eso que indudablemente lo va a daña. Porque cuando uno abre los ojos, ya el ve el dolor y - de alguna manera trata de convivir con el-. El había intentado que esa realidad no le estrujase el alma, pero aun así abrió sus ojos y acepto la verdad, la única. Junto toda su paz, toda la paz que había caracterizado su personalidad, porque por mas que el odio reinaba gran parte de su alma, el recuerdo del amor que alguna vez les tuvo, lleno su mente de prudencia. No busco explicaciones y tampoco quería oírlas, no quería verlos mas, no soportaba saber que las personas mas importantes en su vida lo habían traicionado. Con mucha pena, dudas, odio y a su vez amor se alejo hacia otros rumbos, buscando para su alma, alivio o quizás un nuevo amor.